si bien sabemos la IA es neutra.
La IA refleja la sociedad que la crea. Todas estas desventajas muestran que el peligro real no está en la máquina, sino en la falta de ética, regulación y responsabilidad humana. Desde la manipulación política hasta el impacto ambiental, desde la pérdida de empleos hasta la pérdida de identidad cultural, la IA solo es el espejo de nuestras propias decisiones.
Por eso, el debate sobre la IA no debe centrarse únicamente en la tecnología, sino en cómo los seres humanos deciden utilizarla: con fines de beneficio colectivo o de explotación egoísta.